
La racionalización de horarios es un gran déficit nacional, que se refleja en muchas esferas de la vida, quizá la primera la conciliación familiar, y que tiene su reflejo en otros aspectos como el retraso del prime time televisivo, que hace que los españoles nos acostemos, de media, una hora más tarde que nuestros vecinos europeos.
Algunas empresas privadas comienzan a dar sus primeros pasos en conciliación, principalmente mediante la flexibilización de los horarios de entrada y salida de sus trabajadores o mediante el fomento del teletrabajo.
Creo que la administración podría ser la primera en fomentar, al menos en aquellos puestos que no requieren de atención al público, planes de teletrabajo, con lo que cumpliría con su función pública de contribuir a la conciliación de vida profesional y laboral.
Pero ademas, estos planes podrían llevar asociados otros beneficios como el ahorro de costes en variables como la amortización de espacios físicos de trabajo o descenso del consumo energético, reduciendo la factura de luz o aire acondicionado, por citar dos ejemplos, gracias a unos horarios más racionales y asociados al ciclo de luz/día o a la liberación de espacios dentro de los edificios públicos.
Como adjunto, una infografía de una reciente encuesta sobre las principales demandas de los españoles en cuestión de conciliación laboral.